El Hilo Rojo De Mi Sueño
Cada día se trabaja con la esperanza de materializar ese sueño que has alimentado, por el cual te esfuerzas, sacrificas cosas y tienes dedicación para visualizar un futuro donde todo lo que has hecho se transforma en la esencia de alcanzar tus sueños.
A veces la vida nos lleva por distintos caminos y, pese a tus mejores intentos, el destino toma rumbos inesperados, circunstancias fuera de tu control, obstáculos imprevistos o giros inesperados del destino se interponen en tu camino, cambiando de una forma u otra lo que tenías soñado. Es en ese momento cuando la frustración se convierte en un mundo de emociones, la desilusión, la impotencia y la incertidumbre se entrelazan en un nudo que aprisiona tu corazón, la mente se inunda de preguntas sin respuesta, y el alma se sumerge en un mar de dudas y remordimientos. Aunque persiste la chispa de la esperanza, una oportunidad oculta entre las sombras. No puedes evitar sentirte abrumado por la carga de la decepción, pero al mismo tiempo, te aferras a la idea de que no todo está perdido. Sabes que no puedes culparte a ti mismo, que has dado lo mejor de ti en cada paso del camino, aunque el resultado no fuera el esperado, luchar con todas tus fuerzas ya es una victoria.
Yo era bailarina integral durante varios años, llegó un momento en donde empecé a sentir decaimiento físico y dolor en la zona lumbar de la espalda, no le daba importancia porque estaba haciendo lo que me gustaba, aunque poco a poco el dolor empeoraba, me diagnosticaron escoliosis en un grado muy menor, pero se convirtió en un impedimento para seguir construyendo el sueño que tenía e inclusive a veces para hacer cosas de la vida cotidiana, sé que no puede ser una barrera total para lo que trabaje y luche.
